La prevención y respuesta ante la explotación y el abuso sexual (PSEA, por sus siglas en inglés) constituye una prioridad esencial para todas las organizaciones humanitarias, incluido el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Estas medidas se desarrollan con el fin de evitar, abordar y contrarrestar cualquier tipo de explotación o abuso, particularmente en entornos vulnerables como los de las comunidades de refugiados y desplazados.
¿Qué es la explotación sexual?
La explotación sexual abarca cualquier forma de abuso o intento de abuso en contextos de vulnerabilidad, desequilibrio de poder o confianza, con motivaciones sexuales. Esto incluye, pero no se limita a, la explotación con fines de lucro, social o político mediante la explotación sexual de otro individuo. Las manifestaciones de explotación sexual pueden ser variadas e incluir la trata de personas con fines de explotación sexual, el turismo sexual, la prostitución forzada, el matrimonio infantil o forzado, entre otras prácticas nocivas.
¿Qué es el abuso sexual?
El abuso sexual abarca cualquier tipo de contacto físico real o amenaza de naturaleza sexual, que puede tener lugar bajo coerción, desigualdad de poder o coacción. La utilización de la fuerza física no es un requisito indispensable para que se configure el abuso sexual; este puede ocurrir también en situaciones de desigualdad o mediante condiciones coercitivas. Las formas de abuso sexual pueden abarcar actos como la violación, el acoso sexual, el incesto, el tocamiento no deseado, la exposición indecente, la producción o distribución de pornografía, entre otros comportamientos que violan la integridad sexual y psicológica de la víctima.
Confidencialidad y apoyo
Es importante saber que si has experimentado explotación o abuso sexual, o si conoces a alguien que lo haya sufrido, tienes derecho a recibir protección, apoyo y asistencia, sin importar tu nacionalidad o estatus. Tu situación será tratada con confidencialidad y respeto, y no serás juzgado ni discriminado por lo que has vivido. Puedes acceder a una variedad de servicios, como atención médica, apoyo psicológico, asesoramiento legal y ayuda social, que te ayudarán en tu proceso de recuperación y te permitirán ejercer tus derechos. Además, si tu seguridad está en peligro, puedes solicitar medidas especiales de protección, como el cambio de domicilio, la reubicación o el reasentamiento. Lo más importante es que sepas que no estás solo y que hay ayuda disponible para ti.
Reporte de incidentes
l ACNUR y sus asociados mantienen una política de tolerancia cero frente a la explotación y el abuso sexual. Esto significa que el personal de estas organizaciones tiene prohibido participar en prácticas sexuales que sean humillantes, degradantes o impliquen algún tipo de explotación o abuso. Si tienes sospechas o evidencia de que algún funcionario del ACNUR o de sus asociados ha cometido o está cometiendo algún acto de explotación o abuso sexual, es tu derecho y tu responsabilidad reportarlo.
Para reportar un incidente, puedes comunicarte a través de los siguientes canales:
- Oficina Regional del ACNUR para el Sur de América Latina: argbu.quejas@unhcr.org
- Oficina del Inspector General (IGO) en la sede del ACNUR en Ginebra, Suiza: inspector@unhcr.org
- Semillas para la Democracia: sugerencias@semillas.org.py
Tu reporte será tratado de manera confidencial y no afectará la asistencia humanitaria que estés recibiendo. Recibirás una respuesta y un seguimiento de tu caso, y se tomarán las medidas disciplinarias o legales correspondientes contra el responsable.
La explotación y el abuso sexual son violaciones graves de los derechos humanos, especialmente para las personas en situación de vulnerabilidad como los refugiados, solicitantes de asilo, apátridas y migrantes. Paraguay ha ratificado importantes convenciones internacionales que protegen a las víctimas de estos delitos y cuenta con una legislación nacional para sancionarlos. El ACNUR y sus asociados trabajan para prevenir y responder a estos casos, y brindar protección, apoyo y asistencia a las personas afectadas. Si has sido víctima o conoces algún caso de explotación o abuso sexual, no dudes en denunciarlo y buscar ayuda. No estás solo/a y no es tu culpa.
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